Ethan Schlussler, de 22 años, ha construido recientemente -y con sus propias manos- una casa en el árbol con materiales reciclados y un sistema de fijación que no interviene el árbol que la sostiene. Para llegar a ella, construyó además su propio ascensor en base a la potencia humana; es así como convirtió una antigua bicicleta y un sistema de poleas en un elevador a pedaleo, lo que le permitió generar una alternativa más rápida e interesante que la tradicional escalera para alcanzar los 8,5 metros de altura.
Más detalles y un video, a continuación.
Para fabricar el ascensor, Ethan eliminó los neumáticos para permitir que un cable gire alrededor de la rueda trasera, sumando un tubo y una polea para que el cable corra. De esta manera soldó los montajes en la parte delantera y trasera para la conexión de los cables estabilizadores y el contrapeso.
También aprovechó la reutilización de antiguos materiales de desecho, comprando sólo las poleas y los cables, ya que debían ser mucho más fuertes de lo normal.
Cada una de las cinco poleas de apoyo soporta hasta 238 kg y cada uno de los cuatro cables hasta 680 kg. El ascensor bicicleta se demora menos de 60 segundos en llegar hasta la altura necesaria al pedalear.
Construída de madera de cedro rojo (cosechada en el mismo terreno), la estructura de la casa se fija en su lugar sin necesidad de clavos, pernos o tornillos en el árbol.
"La casa del árbol se mantiene en su lugar por la fuerza de fricción. Hay cinco grandes pinzas hechas de cable que entregan la presión y la tensión para lograr la fricción necesaria", comenta.
Además, el techo está construido con láminas de metal recicladas y recuperadas a partir de un antiguo granero, mientras que las paredes de la casa se ensamblan en el lugar, con el revestimiento exterior y las ventanas armadas antes de ser izadas hasta las alturas.
Vía Gizmag